La guerra ya empezó… y no es con balas, es con ideas.
Hace unos días, mientras desayunábamos en Río, vi una noticia que me dejó inquieto:
Estados Unidos y China siguen apretando tuercas en su guerra comercial.
Restricciones, sanciones, espionaje, chips, datos, inteligencia artificial, poder…
Y mientras el mundo tiembla, muchos seguimos enseñándoles a nuestros hijos que lo importante es “aprender inglés, sacar buenas notas y conseguir un empleo seguro”.
¿Te das cuenta del desfase?
Mientras las potencias se disputan el futuro con tecnología, creatividad, innovación, disrupción…
nosotros seguimos preparando a nuestros hijos para pasar exámenes.
Estamos criando hijos para un mundo que ya no va a existir.
El modelo educativo con el que crecimos fue diseñado para la era industrial.
Para producir empleados obedientes, eficientes y buenos para seguir instrucciones.
Pero ese mundo ya no está.
La guerra de hoy no es entre países…
Es entre formas de pensar.
Y la mayoría de padres seguimos criando hijos para adaptarse, no para liderar.
Para encajar, no para crear.
Para repetir, no para imaginar.
En nuestro caso, lo entendimos cuando decidimos vender todo y salir a recorrer el mundo con nuestros tres hijos: Jacobo, Guadalupe y Francisco.
Nos dimos cuenta de que el mundo real les enseñaba mucho más que cualquier aula:
Jacobo aprendió geografía cruzando fronteras, y empatía escuchando historias de otras culturas.
Guadalupe (nuestra hija con síndrome de Down) nos mostró que la inteligencia no cabe en un boletín.
Y Francisco, el más pequeño, desarrolló una creatividad salvaje inventando juegos en un tren de Vietnam o contando estrellas en el desierto de Atacama.
Nada de eso lo enseña el sistema tradicional.
Si el futuro es incierto, ¿por qué seguimos preparando a nuestros hijos para la certeza?
Es más cómodo, claro.
Más aceptado socialmente.
Más fácil de explicar en una reunión familiar.
Pero no es más amoroso.
Ni más valiente.
Porque el verdadero amor de padre no es dar seguridad…
Es preparar para la libertad.
Y si vos sentís lo mismo, si algo se te mueve leyendo esto, en Familias que Vuelan estamos construyendo comunidad con otras familias que también están apagando el piloto automático.
Ofrecemos asesorías virtuales, charlas, contenido y un libro que cuenta cómo nos bajamos del libreto para empezar a vivir una crianza más real.
No se trata de hacer lo mismo que hicimos nosotros.
Se trata de animarte a pensar diferente, desde tu propia realidad.
Porque esta nueva guerra no se gana con armas.
Se gana con conciencia.
¿Estás preparando a tus hijos para la guerra de ideas que ya está ocurriendo?
¿O para un mundo que ya se cayó sin que lo notaras?