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La educación no cabe en una caja (y tus hijos tampoco)

Familias que Vuelan

Lo que aprendimos educando sin pupitre, sin uniforme y sin reloj

“¿Y los niños cómo estudian?”

Esa es, sin duda, la pregunta número uno que nos hacen cuando contamos que vivimos viajando por el mundo con nuestros hijos.

La gente lo dice con buena intención. Les preocupa el futuro académico, las oportunidades, “quedarse atrás”… Y es normal. Porque nos enseñaron que la única forma de aprender es sentado en un salón, con un uniforme puesto, un timbre que suena cada hora, y alguien que dice qué, cuándo y cómo.

Pero ¿y si te dijera que hay otras formas de aprender que no se ven como educación tradicional, pero funcionan (y hasta mejor)?

Nos salimos del libreto… y no pasó nada grave (al contrario)

Cuando tomamos la decisión de dejar nuestra vida estable en Medellín para comenzar este viaje sin boleto de regreso, sabíamos que lo primero que nos iban a cuestionar sería la educación de nuestros hijos.

Pero también sabíamos esto: no queríamos que ellos memorizaran capitales, queríamos que las pisaran.

No queríamos que aprendieran del mundo por medio de libros, sino hablando con el mundo.

Y fue ahí donde comenzamos a explorar otras formas de aprender: más libres, más vivas, más humanas.

¿Qué es eso de educar sin colegio?

No, no es abandono. No es dejar a los niños a la deriva ni darles un iPad para que “aprendan solos”.

Es estar más presentes que nunca. Es acompañar. Observar. Escuchar. Confiar.

Esto tiene nombres distintos: homeschooling, worldschooling, unschooling… pero para nosotros simplemente ha sido aprender con la vida.

En Camboya, por ejemplo, nuestros hijos aprendieron sobre guerras y resiliencia sin abrir un libro. En Bolivia entendieron la cosmovisión indígena escuchando a una abuela aymara. En Filipinas, vieron en carne propia lo que es vivir en armonía con la naturaleza.

Y sí, también han aprendido matemáticas, escritura, ciencia. Pero lo han hecho desde la curiosidad, no desde la obligación. Porque cuando el aprendizaje nace del interés genuino, no hay quien lo detenga.

¿Y cómo sé si están aprendiendo lo suficiente?

Te entiendo, de verdad. Esa fue una de nuestras angustias también. Pero aquí va una verdad incómoda: muchos niños que pasan años en el colegio, salen sin saber quiénes son ni qué les apasiona.

La verdadera pregunta no debería ser “¿están al nivel?”, sino “¿están creciendo con confianza, autonomía, alegría y sentido?”

Y esa sí te la podemos responder con firmeza: sí.

Vemos a nuestros hijos pensar por sí mismos, formular preguntas profundas, adaptarse a culturas nuevas, crear proyectos propios y conectar con personas de todas las edades.

Eso también es educación. De hecho, eso es lo más importante.

¿Esto es para todos?

No necesariamente. No se trata de que todas las familias dejen el colegio tradicional. Pero sí creemos que todas pueden hacer algo: cuestionar.

Preguntarse si la forma como sus hijos están aprendiendo los hace vibrar, o los está apagando poco a poco.

¿Están aprendiendo para la vida… o solo para pasar exámenes?

Y si la respuesta no te gusta, entonces tal vez sea hora de abrir otras puertas. Por eso en Familias que Vuelan, acompañamos a familias en este proceso a través de nuestras asesorías virtuales.

No necesitas tenerlo todo claro para comenzar. Solo necesitas curiosidad, valentía… y muchas ganas de que tus hijos aprendan con sentido.

Educar también es atreverse a hacer las cosas diferente

Hoy nuestros hijos no tienen diplomas, ni calificaciones, ni boletines.

Pero tienen un pasaporte lleno de sellos, una mochila llena de historias, y una cabeza llena de preguntas.

Y si me preguntas, esa es la mejor base para el futuro.

No los estamos preparando para seguir el libreto.

Los estamos acompañando para que escriban el suyo.

¿Quieres explorar esta forma de aprender?

Si estás cuestionando la educación tradicional o sientes que tus hijos podrían aprender de una manera más libre y conectada con la vida real, hablemos. En nuestras asesorías virtuales te ayudamos a encontrar el camino que mejor se adapte a tu familia.

También puedes leer más sobre este tema en nuestro libro “Familias que Vuelan: Sin piloto, sin miedo, sin fronteras”, donde compartimos nuestras experiencias educando sin paredes.

Y si quieres ver cómo lo vivimos en tiempo real, síguenos en Instagram: @familiasquevuelan. Ahí compartimos reflexiones, anécdotas y todo lo que nos enseña el mundo cuando se convierte en salón de clase.

¿Te atreverías a educar fuera de la caja?

Déjame tu historia en los comentarios. ¡Queremos leerte!

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